NO A LA RENOVACIÓN DE COFRENTES, TANQUEM COFRENTS

El Movimiento Ibérico Antinuclear (MIA) rechaza la renovación de la autorización de la nuclear de Cofrentes por el Ministerio de Transición Ecológica.

El ministerio de Teresa Ribera da así continuidad al enorme riesgo para la comarca y el país que supone prolongar la central, que carece de sentido energético y económico, la misma empresa propietaria, Iberdrola, declara que no es rentable

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) acaba de conceder la renovación de la autorización de explotación de las centrales nucleares. La consulta al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) es un paso necesario pero no era vinculante y la decisión ha sido política estando en manos de la ministra teresa Ribera, quien ya negoció con las eléctricas y sin participación cuidadana el alargamiento de la vida de las nucleares.  En estas semanas se cumple una década del accidente del complejo nuclear de Fukushima y treinta y cinco años del accidente nuclear de Chernóbil, desastres que están todavía muy lejos de repararse. Esto debería ser para siempre una advertencia del riesgo a que nos expone la energía nuclear.

La central de Cofrentes es parecida al reactor nº 3 de Fukushima. Es el único reactor tipo BWR que queda en la Península Ibérica. En estas centrales el agua que refrigera el reactor y que se encuentra activada radiactivamente por el contacto con los elementos combustibles, sale del recinto del reactor como vapor y circula por la instalación hasta llegar a las turbinas donde se genera la electricidad. Una diferencia importante respecto a los demás reactores del Estado en los que el agua radiactiva no sale de la contención nuclear, sino que traspasa el calor a un segundo circuito de refrigeración. Además, existe otra diferencia importante que afecta al control de la reacción nuclear que se realiza introduciendo las conocidas como barras de control en el núcleo del reactor para moderar la reacción nuclear. A diferencia de otros reactores, en los que estas barras se introducen desde arriba aprovechando la gravedad en la central nuclear de Cofrentes no sucede así, sino que entran por la parte inferior del reactor para lo que es necesario sistemas hidráulicos que los introduzcan. Un diseño que es claramente un riesgo adicional al ser más vulnerable a problemas con el elemento clave para frenar la reacción en una situación de emergencia, es más, la central ya tiene un historial de problemas con estos sistemas.   

La ubicación escogida para la central está sobre una falla sísmica activa y asentada en terrenos aluviales blandos, que amplificarían las vibraciones de un posible terremoto. Una sismicidad que presenta el riesgo de inundación en caso de rotura de las presas aguas arriba de la instalación (Alarcón y Contreras). El parque eléctrico de 400 kV está situado a cotas menores que el resto de la central y la posible pérdida de conexión eléctrica exterior es una condición peligrosa para la operación de la nuclear. Un problema muy presente en el informe del CSN que establece requisitos relativos a los riesgos internos de inundación y aspersión  dentro de los límites y condiciones sobre el funcionamiento de la central y las cinco Instrucciones Técnicas Complementarias (ITC), de obligatorio cumplimiento.

Iberdrola se ha declarado dispuesta a invertir cientos de millones para cumplir las condiciones del CSN, pero al tiempo se queja de que Cofrentes opera “a pérdidas” por los impuestos. El MIA señala que la mayor parte de esa recaudación se dedicará al tratamiento de sus residuos radiactivos. Será una factura mucho mayor de lo que haya aportado Iberdrola, y el alargamiento de su operación hasta 2030 va a aumentarla.

Por esa razón y sobre todo porque la seguridad es la política prioritaria, el Movimiento Ibérico Antinuclear se dirige al Ministerio para la Transición Ecológica para que señalar la irresponsabilidad de autorizar la prórroga de la central de Cofrentes. Así como, la necesidad de rectificar una prolongación de la vida de las nucleares que traerá enormes consecuencias para las generaciones venideras. Ya existe una alternativa clara con la generación renovable ya instalada a la que se sumarán en los próximos años nuevas instalaciones, una solución que deberá priorizar el autoconsumo y la generación distribuida frente al modelo de concentración que solo favorece a las empresas nucleares.

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