Crónica desde Vitoria

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Más de 10.000 personas se daban cita el 18 de marzo en la Plaza de la Virgen Blanca de Vitoria para manifestar su decidido rechazo a la reapertura de la central nuclear de Santa María de Garoña. La manifestación estaba convocada por la plataforma ‘Araba sin Garoña’, respaldada por 250 organizaciones sociales, los sindicatos y los partidos políticos políticos con representación en Álava, a excepción del PP, y acudieron gentes de Miranda de Ebro, Burgos y otras provincias limítrofes.

En un ambiente festivo, que coincidía con el derbi vasco entre el Alavés y la Real Sociedad, el grito antinuclear se dejó oír, alto y claro, por los aficionados y aficionadas que se acercaron a Mendizorroza a ver jugar a sus equipos. En palabras del portavoz de Araba sin Garoña, un verdadero tsunami humano que no parará hasta cerrar las centrales nucleares. Se hace alusión también a la central nuclear de Fukushima, accidentada hace 6 años (11 de marzo de 2011) y que contaba con el mismo reactor de agua en ebullición (BWR) de General Electric con el que opera la central burgalesa.

El discurso al final de la manifestación recordaba la irregular prorroga concedida por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) a esta instalación cerrada por sus dueños, Iberdrola y Endesa desde finales de 2012. Este organismo otorgaba la renovación de licencia de funcionamiento, sin embargo en el mismo documento prohibe a la central cargar combustible y producir electricidad mientras no realice las inversiones exigidas que superan los 200 millones de euros. Una resolución contradictora e incluso Irregular ya que concede un permiso sin haber efectuado las mejoras en seguridad indicadas por el mismo regulador nuclear: cambio de trenes eléctricos, inversiones en venteo, filtrado…

Durante la manifestación se alude al informe de la Asociación Profesional de Técnicos en Seguridad Nuclear y Protección Radiológica, constituida por funcionarios del Cuerpo de Seguridad Nuclear y Protección Radiológica del Consejo de Seguridad Nuclear (ASTECSN) que fue presentado en el Congreso de los Diputados que, refiriéndose a Garoña manifiesta que “nunca las evaluaciones técnicas deben plantearse como excusa de decisiones políticas”, además,  “nunca se debería emitir un informe favorable para una autorización de explotación cuando se incluyen condiciones imprescindibles para poner en marcha el reactor”.

La organización de la manifestación realizaba el llamamiento a no bajar la guardia y recordaba que en seis meses, coincidiendo con las fiestas de la ciudad, el Gobierno de España tiene que tomar la decisión definitiva sobre la continuidad de la central nuclear más vieja y de menor producción del Estado. Se emplazaba a los partidos políticos con representación en Álava a supeditar cualquier eventual acuerdo con el gobierno del Partido Popular, en relación con los Presupuestos Generales de 2017, a que la orden ministerial sea contraria a la reapertura de la central.

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